Luego los mismos turistas contratan visitas guiadas en bicicleta para ver los dibujos más espectaculares.
Dibujos de monos y mariposas en vivos colores, que recuerdan las bellezas naturales de Colombia, se alternan con fusiles AK-47 y granadas alusivos al conflicto armado colombiano. Todo un alivio en medio del cielo gris de la capital andina y la arquitectura monocromática de los edificios de ladrillo rojo.
La explosión de los grafitis en Colombia surge de una tragedia. En el 2011 la policía mató de un disparo al grafitero Diego Felipe Becerra cuando plasmaba su marca Félix el Gato sobre una pared. El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, respondió despenalizando la pintura de grafiti e incluso ofreció varios edificios públicos como lienzo donde plasmar sus obras.
La iniciativa recibió un espaldarazo del cantante canadiense Justin Bieber, quien se detuvo a pintar en las paredes de Bogotá después de un concierto escoltado por la policía en el 2013. Las instituciones bogotanas también se han sumado a esta corriente que florece. El Museo de Arte Contemporáneo de la ciudad realizó en el año 2015 una exposición donde se destaca la labor de colectivos callejeros como Joems o el colectivo MonsTruacioN.
La novedosa legislación en Bogotá respecto al arte urbano contrasta con la de otras ciudades sudamericanas. La Municipalidad de Buenos Aires elevó las penas por pintar en la calle y lo considera vandalismo. La alcaldía de Lima, por su parte, ordenó borrar los grafitis de varios artistas urbanos.
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www.eluniverso.com/vida-estilo/2015/03/29/nota/4710701/bogota-convertida-galeria-arte-aire-libre
www.newsobserver.com/entertainment/celebrities/article16249205.html
www.vanguardia.com/actualidad/colombia/170399-un-ano-sin-diego-felipe-becerra