Es curioso como decaen algunos premios...

Publicada el 14-08-2007

Es la primera vez que me presentaba al Concurso de Pintura rápida de Carbonero el Mayor (Segovia), ya en su XI edición, celebrado el domingo 29 de julio de 2007 y me chocó el bajo número de participantes teniendo en cuenta algunas coincidencias a saber: que es una localidad relativamente cercana a Madrid, que el día anterior en los tres concursos próximos se habían presentado sobre una treintena de pintores, que era el único que se celebraba en la zona, coincidiendo tan solo con el relativamente lejano de Guijuelo (Salamanca) y que a decir de los veteranos se trataba de un concurso que en otras ediciones llegaba a reunir más de 60 pintores. Es curioso como decaen algunos premios mientras que otros van convocando cada vez más participantes. Supongo que la competencia relativa al nivel de la cuantía de premios es determinante, pero no creo que sea la única causa. Opiniones hay para todos los gustos, pero yo coincido con algunas que señalan como fundamentales dos causas. Por Pegamoide.

Por una parte el trato a los pintores. No hay que olvidar que sin ellos estos concursos, que animan extraordinariamente la localidad durante ese día festivo, no serían posibles. En algunos concursos uno siente que verdaderamente le agradecen su participación, no solo de palabra sino con multitud de detalles, ya sea una opípara comida ofrecida por la organización, algún detalle de regalo o tan solo una buena bolsa con refrescos, bocadillos y algo de fruta, entregada en el momento de sellar. No creo que esté de más en una jornada en la que se van a trabajar de seis a ocho horas de forma intensiva, muchas veces al sol o con temperaturas por encima de los 30º.

La segunda causa a la que me refiero y que creo que es aún más determinante es la decisión del jurado. No se trata por supuesto de volver sobre la vieja y aburrida polémica de la figuración, sino tan solo de que los participantes perciban que, en una tendencia u otra, se ha escogido pintura de calidad y que el jurado estaba capacitado para distinguirla. No es fácil escoger un buen jurado, ya que no todos los profesionales con una preparación, pongamos por caso en historia del arte, arquitectura o incluso bellas artes, tienen la capacidad de distinguir objetivamente buena pintura, por encima de sus gustos personales o la afinidad en la elección del tema. Sin embargo la proyección futura del concurso depende de ello, ya que no hay cosa que más desanime que quedarse con la impresión de que de nada sirve hacer un buen cuadro, ya que la elección va a ser arbitraria. Por último no es de desdeñar la cuantía y número de premios.

Cada vez se convocan más y mejores y al fin y al cabo, se trata de un tipo de concurso en el que los organizadores se quedan con una obra que, en no pocas ocasiones, está por encima del valor monetario que se ha pagado por ella, no solo en el caso de segundos o terceros - ¡un 100x81 por debajo de los 300 euros! - sino también incluso del primero. ¿Podría decirse lo mismo de otros concursos, deportivos o incluso culturales?