....más concretamente de la figuración, posiblemente la pintura de Miguel Torrús (Madrid, 1971) sea una de las mejores bazas a tener en cuenta.
La decisión no depende tanto de nuestra subjetividad, pues el observador avezado, adivinará de forma inmediata que Torrús es pintor que conoce de manera sobrada los fundamentos de la pintura; por ello no repara en ese aspecto, sino que, al contrario, ejerce sobre el lienzo esa influencia creando visiones nuevas a partir de lo concreto y en dirección a las insondables leyes que rigen el medio que mejor maneja: la pintura.
La juventud de este autor, en modo alguno entra en pugna con su trayectoria. No estamos hablando de un artista que comience a dar sus primeros pasos en el terreno profesional. Así, su particular sentido para la creación, de donde dimana un lenguaje claramente configurado y definitivo en base a unas premisas estéticas fruto de la permanente observación, le ha procurado un abrumador historial, que sólo en los tres últimos años cuenta con una treintena de premios y distinciones, además de otras exposiciones colectivas e individuales.
Si nos ceñimos a los asuntos que ocupan la pintura de Torrús, advertimos, sin lugar a dudas, una singular querencia al paisaje de forma prioritaria y al bodegón. En ambos casos, el artista madrileño, aborda, mediante planos cromáticos, la composición de cada obra deformando la causa objetiva en virtud de su interés por la arquitectura interna de cada cuadro y sus posibilidades plásticas, mediando en ello la ruptura y la aportación de órdenes informalistas.
El resultado, se nos antoja sugerente, pleno y susceptible de continuar esa evolución que parece dirigir sus pasos. Pues es Torrús un pintor que saca de forma intuitiva el mayor partido a toda una suerte de elementos que discurren entre un orden de tipo esquemático, entre áreas de color que, en su imbricación con el mundo de las referencias, ofrecen un caudal de interesante proposición ahora y para el futuro."
Publicación "El punto de las artes" Marzo 2001.
